sábado, 8 de mayo de 2010

Cuerpos Ardientes

"Oscura Monótona Sangre"
de Sergio Olguin
Premio Tusquets Editores de Novela 2009
Colección Andanzas


Julio Andrada empezó de abajo, como buen "laburante", ahora tiene su propia empresa -su fábrica-, su buena familia y económicamente no tiene apremio alguno. Todas las mañanas (excepto una vez por semana cuando pasa primero a buscar a su contador) camino a su fábrica cruza por los barrios más humildes, atraviesa la villa.

En uno de esos tantos días, Julio Andrada decide parar a almorzar en una parrillita típica de la zona. Si bien Andrada no se siente a gusto apenas llega, aún incómodo decide quedarse y casi sin quererlo -o quizás queriendo más de lo que él hubiese pensado- escucha una conversación entre ellos. Estan pasándose datos del mercado sexual y de la facilidad con que se puede conseguir sexo con las adolescentes que circulan por esos barrios que forman parte de su trayecto cotidiano.

Puede más la curiosidad, la intriga de conocer algo completamente diferente, se impone fuertemente un impulso, un deseo, una pulsión hasta ese momento, completamemente desconocida para él.  
Se obsesiona. Intentará rápidamente conocer a alguna de esas adolescentes que se prostituyen para consumir, provenientes de familias socialmente despedazadas, paradigma de la falta de horizontes. Un universo con el que Andrada, evidentemente, no tiene ningún punto en común.

Y cuando finalmente contrate los servicios de Daiana, dará comienzo un descenso a los infiernos que ya conocemos con hilo argumental de tantas novelas y películas.
La historia que cuenta Sergio Olguín, si bien tiene esa estructura típica del hombre común envuelto en algo que no puede dominar y que aún a punto de perderlo todo, se encuentra tan captado que tampoco puede dejarlo, tiene condimentos que la hacen diferente a cualquier otra y que construyen su propia singularidad.
Olguín escribe con un estilo particularmente directo, desafectado, inteligente, y con el lenguaje en el que realmente se expresan los personajes que presenta, lo que se erige en uno de los mayores méritos de la novela: nos atrapa por su shockeante retrato de la realidad social, intensamente real. 
Lejos de cualquier falso estilo literario, Olguin nos logra meter de lleno en la historia mediante diálogos directos, crudos, creíbles, que permiten adentrarnos rápidamente en esta vorágine en la que Andrada comienza a sumergirse peligrosamente y a la que no puede soltar.

Un asesinato, persecuciones, amenazas, más asesinatos y códigos propios de un ambiente que él desconoce por completo, casi tanto como esta aparición de una pulsión sexual a la que no puede desatender, que no cede ni se aquieta, son algunos de los elementos que Olguín maneja con una maestría y una perfección que nos atrapan hasta arrastrarnos al desenlace.

"Oscura Monotona Sangre" se impone por su vértigo espiralado y en caída libre, creciendo en cada capítulo y porque además de manejar un timing de suspenso perfecto, nos atrapa con una historia de pasión incontrolable, la de un hombre que antepone esto que siente -quizás por primera vez en mucho tiempo- a lo que dicta toda lógica, sin medir las consecuencias...