miércoles, 27 de enero de 2010

Abuelita, dime tú

"Más liviano que el aire"
de Federico Jeanmaire
Clarín / Alfaguara - Ganadora del Premio Clarín de Novela 2009

Una anciana de noventa y tres años es asaltada al ingresar a su edificio por un jóven de 14. Ella logra encerrarlo en el baño de su departamento al hacerle creer que allí tiene escondido el dinero que busca el asaltante.

Durante tres días su rutina se verá trastoca por completo por la presencia del delincuente encerrado en su baño y finalmente encuentre en él, un interlocutor condenado a escuchar la historia de la madre de la anciana como un acercamiento, quizás, para comenzar a contar su propia historia.

Es así como Jeanmaire construye esta novela como un monólogo-soliloquio interrumpido sólo por algunas acotaciones del asaltante que no se plasman en el texto y que el lector meramente deduce (tal como hacía Puig en la conversación telefónica de "The Buenos Aires affaire") y presenta una protagonista con reminiscencias de "Misery" de Stephen King y tal como describiera Pablo de Santis, es una especie de Sheherezade fuera de quicio que solamente alimenta la historia para no dejarse morir.
El juego del cazador-cazado / víctima-victimario, da lugar a una interesante muestra de opuestos tanto sociales, como culturales; polos opuestos en edades, costumbres, formas de vida, vivencias y una fuerte polaridad en las miradas que tienen sobre temas como la sexualidad, la educación, la familia, el enfrentamiento "civilización-barbarie": haciendo alusión al gaucho, cuya figura aparece tanto en la novela.

Una lucha de poderes que comienza a entramarse cuando esta "carcelera" determina puntillosamente el accionar de su sometido, imponiéndole el deber de escucharla, fijando sus horarios de comida, de baño, qué y cuánto comer, abre el paso a otros temas como la incomunicación, la discriminación, la soledad, el abuso y las diferentes formas de la violencia.

La historia que pretende contar la protagonista sobre un hecho puntual de la vida de su madre, es una mera excusa para pintar los principios del siglo XX y describir a una mujer de carácter que hizo todo por lograr un sueño que ansiaba realizar. Pero resulta muy débil como hilo conductor de la historia, que por momentos - y quizás por una técnica en el armado del monólgo/diatriba de la anciana- se reitera y se demora en su desenlace/resolución con algunos momentos en donde pareciera que no hay mucho más para decir.

Si bien la anécdota parece, en algunos tramos, demasiado corta para el desarrollo de toda una novela, el oficio de Jeanmaire  la hace amena en su lectura y sobre todo logra sobre el final dar una vuelta de tuerca interesante, inteligente y efectiva para este juego del gato y el ratón que pinta de cuerpo entero algunos aspectos de nuestra realidad nacional.

domingo, 10 de enero de 2010

El amor en los tiempos del SIDA

"LOCO AFAN - Selección de Crónicas de sidario"
de Pedro Lemebel
publicado en la colección Los 40 de Anagrama" en Página/12 a $ 9.- (increible!)


La plaga nos llegó como una nueva forma de colonización por el contagio.
Reemplazó nuestras plumas por jeringas,
y el sol por la gota congelada de la luna en el sidario.

 
Así arranca Pedro Lemebel (nacido en Santiago de Chile a mediados de la década del 50, fundador del colectivo de Arte "Yeguas del Apocalipsis"), a quien conocía por su interesante novela "Tengo miedo, torero", una serie de crónicas, relatos, pensamientos que giran alrededor de la vida de los travestis y homosexuales en los tiempos del SIDA.
 
La selección viene agrupada en capítulos. Los primeros contienen relatos más descarnados donde profundiza -quizás demasiado reiterativamente- en la vida de travestis, taxiboys y gays en el Chile de los '80 y los '90, el marco político de los tiempos de la dictadura y los nuevos movimientos sociales. En ese contexto, es imposible apartarse del dolor y de la muerte, la decadencia y el deterioro, la persecusión y la discriminación, omnipresentes en todos sus relatos.
 
Así se autodescribe en el texto "Manifiesto"
 
Yo no soy buena onda
yo acepto al mundo
sin pedirle esa buena onda
pero igual se ríen
tengo cicatrices de risas en la espalda
Mi hombría es aceptarme diferente
ser cobarde es mucho más duro
A usted le doy este mensaje
Y no es por mí
Yo estoy viejo
Y su utopía es para generaciones futuras
Hay tantos niños que van a nacer
con una alita rota
y yo quiero que vuelen, compañero
que su revolución
les de un pedazo de cielo rojo
para que puedan volar 
 
Y Lemebel, logra inmediatamente captar el interés con sus toques personales en el uso del lenguaje coloquial, con mucho humor y una implacable crítica social sobrevolando estos textos de palabras duras, sin concesiones, penetrados por el dolor.

Cuando logra apartarse de este estilo desolador, seducen más aún sus historias regadas con humor, como en el capítulo "Besos Brujos" donde rinde homenaje a Raphael, Joan Manuel Serrat, Rock Hudson y Lucho Gatica, entre otros.
Cierra esta selección con el capítulo "Yo me enamoré del aire, del aire yo me enamoré" donde, ya apartado de la crónica socio-política, logra contar tres historias de vida conmovedoras, dando fin a un compendio de relatos interesantes, tan trágicamente real  como absolutamente conmovedor.