viernes, 18 de diciembre de 2009

Provocame

"Primer amor, últimos ritos"
de Ian Mc. Ewan
publicado en la colección Los 40 de Anagrama" en Página/12 a $ 9.- (increible!)

En esta selección de cuentos publicada por Página/12 dentro de su nueva colección, la diferencia con el volúmen ya editado, es que hay un cuento menos. Nos perdemos de poder disfrutar "Disfraces".
Pero los siete cuentos que componen esta entrega, son más que suficientes para adentrarse al provocativo universo que plasma Mc. Ewan en cada una de sus historias. Un universo hipnótico y atrapante, donde uno va dándose cuenta que cae en una perversa telaraña, pero no puede parar de leer.

Si bien hay algunos cuentos más livianos como "Pollón en el escenario" "Geometría de sólidos" (donde Mc. Ewan puede jugar con tan negro como irónicamente relajado) y "Primer amor, últimos ritos" -que da lugar al título del volumen y donde apenas hay atisbos de negrura y sordidez-, los más interesantes son justamente los más siniestros e inquietantes.

"El último día de verano" nos transmite un paisaje apacible, tranquilo. Un cuento muy americano en el típico marco de la historia "coming of age" que nos va pintando un universo familiar, que se desgarra trágicamente en un final inesperado.
Pero el remolino de dolor y de repulsión se enfatiza más aún en "Conversación con un hombre armario" y más aún en "Fabricación Casera" donde sexo, adolescencia, virginidad e incesto hacen un cocktail dificil de digerir,  pero escrito de una forma increíblemente atractiva, haciéndo cómplice al lector de una historia poco convencional.

Pero con "Mariposas" y el discurrir de una mente perturbada, logra darnos un cachetazo provocador y shockeante. Dejarnos sin aliento. Es imposible salir indemne al terminar el cuento, uno queda irremediablemente modificado.
Cualquiera sea la sensación que a uno le surja al haber atravesado el/los cuento/s, es imposible no caer en la red de Ewan una vez más. "Mariposas" queda latiendo muchísimo tiempo después de haber recorrido las últimas líneas de una historia demoledora.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

viernes, 11 de diciembre de 2009

Puig se pone los ruleros...

"Cae la noche Tropical"
de Manuel Puig
Editorial Seix Barral

Dos hermanas, una de ella visitando a la otra que hace poco se ha instalado en  Río, evocan su pasado y hablan incesantemente. Y en esos diálogos coloquiales,  de entrecasa, con los tìpicos clishés y manierismos propios del chisme, nos vamos enterando qué es de la vida de los otros personajes.
Ellas aman la elucubración sobre vidas ajenas, el placer de conversar y el de inmiscuirse -aunque más no sea desde el pensamiento- en la vida de los demás, sobre todo, en los amores de una vecina más joven, Silvia,  psicóloga y con problemas del corazón.

Los diálogos entre estas dos hermanas, Luci y Nidia,  son el vehículo ideal para que Puig saque provecho y pinte la época de principios de los '80 en Rio, la exhuberancia de una ciudad ajena, las diferencias con nuestro país, el hecho de vivir en el exterior aunque fuese un destino elegido.
Y habla a través de estos adorables personajes: del amor, del desamor, de la juventud perdida, de la tierra de uno, del desarraigo... pero principalmente de la soledad y de la cercanía del fin de sus vidas.
Y se da el lujo de que estas dos tiernas ancianas hablen de política, de la inflación, de la realidad cultural y social, filtrada por la lente de la típica clase media.

No solamente la novela se nutre de estos diálogos -aunque son lo más sustancioso- sino que también abreva en otros estilos como correspondencias, informes, declaraciones policiales. Es tal como Puig ya nos tiene acostumbrados:  nos pasea por diferentes registros dentro de una misma novela, tal como lo hiciera por ejemplo en "The Buenos Aires Affaire" y sus magistrales conversaciones telefónicas -donde el lector podía leer solamente lo que pasaba en uno de los dos lados del teléfono-.

En esta novela, la última de Manuel Puig,  nos brinda una galería de personajes queribles, absolutamente cotidianos, cuyas historias parecen extraídas por momentos de algún culebrón venezolano recuperando un humor deliciosamente kitsch y la parodia aplicado a la estructura folletinesca dentro de la novela. Logra hacernos cómplices de estas confesiones entre las hermanas, nos acerca a su imaginario, a sus pensamientos y a su universo particular.

Como novela de despedida, obviamente, uno se queda con muchísimas ganas de más...

martes, 27 de octubre de 2009

Caminos Cruzados


"Album de Polaroids"
de Patricia Suarez
Editorial La Fábrica

La editorial "La Fábrica", española -por lo que dudo que sea fácil de conseguir el resto del material-, tuvo la buena idea de publicar una biblioteca de novelas cortas. Algo así como un escalón intermedio entre un libro de cuentos y una novela.

En este caso, "Album de Polaroids" de Patricia Suarez se presenta en esta colección como una novela corta y tiene una dinámica de pequeñas historias -casi monólogos de cada personaje- entrelazadas entre sí.

Cada capítulo nos presenta un personaje: su pensar, su sentir, lo que le está pasando ahora mismo, junto con algunos retazos de su historia para conocerlo, apenas, un poco más en profundidad.
Y si bien la historia general es mínima, sólo es una mera excusa para escuchar las voces de estos particulares personajes y lo que atrapa, justamente, es el estilo directo con que cada uno de ellos, nos sumerge en su mundo y su problemática.

"Album de Polaroids" abre con un primer capítulo donde el personaje central quiere suicidarse. Lo logra? Se arrepiente? Prefiere ir por el plan "B"?.
Luego "escucharemos" a su mujer, al suegro del supuesto suicida, dos amigas que comparten departamento, alguien que las espía desde su telescopio, hay un asiduo concurrente a diversos grupos para superar adicciones, un detective que tratará de clarificar algo de todo esto ... y sigue la lista.
Cada relato breve se encadena con el otro y en algún punto, estos personajes se cruzan y/o comparten historias, aunque sea tangencialmente, lo que resignificará algunos párrafos de los ya leídos anteriormente.

De reconocida trayectoria, ganadora del Premio Clarín y de Cosecha Ñ 2007, Suarez demuestra una vez más sus dotes de escritora "todo terreno" (cuentos, novela, obras de teatros, relatos, novela corta) y esta vez nos brinda una pequeña novela cruzada en diagonal por un sentido del humor que no suelta a los personajes en ningún momento.Excepto uno de ellos, que desentona completamente con el "color" de la novela -con una especie de realismo mágico plasmado en un personaje al que le crecen alas-.
Son polaroids entrañables en su simpleza, livianas y llenas de cotidianeidad. Un relato fresco, para leer en un tirón.

lunes, 12 de octubre de 2009

"Turistas"
de Hebe Uhart - Adriana Hidalgo Editores

Son nueve cuentos. Y como suele suceder con todo libro de cuentos, tiene los desniveles propios de que algunos de ellos nos impactan más que otros.
Sin embargo existe en "Turistas", un interesante común denominador que es el uso de un lenguaje particular para expresar cada una de las historias. Cada uno de los estilos.

Sin dudas, los que están llenos de humor y fina observación son los que más lograron atraparme y los que más se disfrutan. El libro abre con "Turistas y Viajeros" una desopilante descripción de un viaje a Italia de una señora de clase media con su marido y su típico hijo adolescente, narrando en primera persona las viscicitudes de un viaje inolvidable.

Repite un estilo irónico y mordaz en la mayoría de las observaciones de "La excursión larga" donde una viajera solitaria comenta las vivencias con compañeros de "paquete turístico" en Mendoza.

Con un lenguaje diferente, interesante en el armado de lo que los personajes quieren decir y novedoso en su formato, llaman la atención "Reunión de Consorcio" con personajes típicos de esa cofradía que es la de los Copropietarios de un edificio y además "Bernardina" y "Stephan en Buenos Aires" donde hace hablar a una chica de campo enviada a trabajar a una casa de familia en la Capital y a un turista alemán en plena ciudad de BUenos Aires.

También muy fresco es "El departamento de la costa" con la descripción de un pueblo de la costa fuera de temporada, pleno de detalles y pensamientos de la protagonista, con un lenguaje directo, que facilita la empatía y conexión con el paisaje que quiere describir/descubrir en cada cuento.
Cada uno de ellos es un micromundo... y Uhart los describe con una simpleza que invita a seguir leyendo.

jueves, 1 de octubre de 2009

La insoportable "levedad" de mi vecina

"Cartas a mi vecina de arriba"
de Ariel Magnus
Editorial Norma



El protagonista de esta historia -posiblemente sea Ariel Magnus mismo- es un escritor, de la camada de jóvenes escritores argentinos que tiene muchas ganas de escribir una obra que lo trascienda, que le dé un sentido a su arte.

Quizás entonces ya con ese reloj biológico que le indica que o bien se apura, o el tren del éxito, los premios, el reconocimiento de pares, la fama, y tantos otros ya se le fueron de las manos -y para siempre-, es que se dispone a escribir. A escribir su novela.

Deberá enfrentarse a un problema a priori inimaginable: ni es el típico "writer's block", ni la falta de entusiasmo, ni la musa que no baja, nada de eso. Es SU VECINA DE ARRIBA, que se ha comprado zapatos nuevos y no para de molestarlo con un incesante taconeo.

Partiendo de esta premisa simple, Magnus se encarga de escribir una novela "epistolar" entre este desesperado escritor y su vecina, quien quiere por todos los medios, hacerla entrar en razones.

Y es el móvil ideal para que Magnus despliegue su humor desconcertante y pueda reflexionar acerca del oficio de escribir, de la soledad, del ruido y el silencio, de las manías.... y esas cartas que envia van cambiando completamente de registro a lo largo de la novela.
Desde el políticamente correcto vecino que usa todas sus artes y sus bellos giros para tratar de explicarle a la señora que por más cómodos que les queden esos zapatos, generan un ruido perturbador; hasta otras que son una cataratas de insultos viviente, circulares apócrifas dejadas por el Administrador, y llega hasta a derivar en una especie de culebrón venezolano con secretos del pasado de los protagonistas.

Mezcla exacta de personajes bizarros (como en su primer novela "Sandra") con situaciones sumamente porteñas y cotidianas (como desplegó en la genial "Un chino en bicicleta"), Ariel Magnus hace gala de un humor particular, un uso de la ironía y un delirante imaginario, que hace pasar a este escritor por diversos estados de ánimo, mientras el taconeo de la señora de arriba n-o c-e-s-a.
Y mientras sigue el taconeo oradando su paciencia, la novela crece en histrionismo y gracia, en delirio y creatividad.

martes, 15 de septiembre de 2009

El extraño mundo del Sr. Murakami

"Kafka en la orilla"
de Haruki Murakami
Editorial Tusquets


Evidentemente, Haruki Murakami debe haber escrito sus novelas sin pensar que iba a destrozar cabezas esquemáticas y predecibles como la mia.

"Kafka en la orilla" es básicamente una historia de viaje. Algo asi como una road-novel de viajes iniciáticos, de búsqueda personal, de zambullirse en uno mismo hasta llegar a las entrañas, de bucear en el pasado.
Dicho así, nadie se imaginaría que el protagonista es Kafka Temura, un chico que huye del hogar paterno justamente el día que cumple 15 años. Su madre lo ha abandonado cuando tenía 4 y se ha ido con su hermana, a la que él tampoco ha visto nunca más.
En su huida llega a una biblioteca cuya dueña es la Sra. Saeki, personaje fundamental para reconstruir su pasado y su presente. Su futuro inclusive?

Quiera la magia Murakami que esta historia se una en algún momento con la de Tanaka, un anciano que ha tenido un accidente durante la guerra y ha perdido su capacidad de leer, de escribir. Ha ganado otras, como la de comunicarse con los gatos.
Luego de que se produzca un asesinato, Tanaka decide emprender su viaje, su propio viaje de salvación personal. Lo acompañará en esta nueva aventura un camionero que lo ayuda a llegar a la ciudad que Tanaka busca, y que descubre en él un alma noble y quiere ayudarlo a que cumpla su misión.

Todo se desarrolla en un universo entre onírico y mágico: la historia va tomando caminos diferentes, desde la necesidad de construir una identidad, del lugar que ocupan hoy nuestros recuerdos, el peso del pasado, hasta llegar a hablar del amor y la pasión a través del tiempo.
Ahí es donde aparece este tema aparentemente recurrente en Murakami (ya lo había visto en "Al sur de la frontera, al oeste del sol") del amor sin tiempo, sin espacio, del fantasma de amor. Y ahi "Kafka en la orilla" nos regala las imágenes más bellas y más sutiles del libro: una pasión que va más allá del entendimiento, más allá de cualquier preconcepto y razonamiento. La pasión misma que mueve a los personajes centrales.

Intentar comprender todos y cada uno de los hechos que están sucediendo, es sin duda un trabajo del que hay que desembarazarse desde el primer capítulo porque quizés lo que pase como hechos dentro de la novela, la propia historia, sea lo menos interesante.
Es justamente lo que le permite a Murakami, un despliegue de personajes entrañables, con características sumamente particulares, con hechos increíbles, casi bordeando la fantasía, pero siempre con un fuerte arraigo filosófico y existencial que es el motor que hace vibrar los diálogos de la novela.

Exquisita e inteligente, un placer!

viernes, 7 de agosto de 2009

De qué estás hablando, Willis ???

Me acaba de pasar nuevamente con el libro "Pura Anarquía" de Woody Allen.
Tengo que leer una frase dos o tres veces para darme cuenta de qué es lo que quiere decir. Y no porque sea dificil de comprender lo que Woody me quiere contar. Es que está traducido al español.... pero juro que no es el español que yo hablo! Ni el que habla nadie acá en Buenos Aires!

Es posible que me falte ingenio para develar algunos enigmas, que ya las neuronas no se encuentren tan estimuladas como gozaba del elixir de la juventud, pero soy lector por naturaleza, y este tipo de situaciones me suceden cada vez más a menudo gracias al adorable fenómeno de la globalización.
Se que todos hablamos el mismo idioma, pero lamentablemente se me hace dificil atravesar algunas traducciones que están completamente plagadas de palabras que un mejicano seguramente entiende perfectamente bien. Suenan a castellano, pero no entiendo nada de nada. La mitad de las cosas que Woody me cuenta jugando con las palabras y haciendo gala de su fina ironía, seguramente desplegarán una sonrisa si el que lo lee, está sentado en un cafecito de Barcelona y se matará de risa. Porque lo entiende! Repito: yo no entiendo nada.

Orale, cuate!
Vale chaval!

lunes, 27 de julio de 2009

El discreto encanto de Paul Auster

Revolviendo en mi biblioteca, entre los libros que todavía no leí, encontré uno que mi hijo mayor me regaló para mi último cumpleaños. Más allá de que es de Paul Auster, uno de mis autores favoritos; es un libro sumamente especial para mí porque tiene una dedicatoria que me conmovió, especialmente entrañable.

Allí fui entonces a encontrarme con los textos de "Experimentos con la Verdad" de Paul Auster, que incluye entre otros, los ya publicados en "El libro Rojo" que yo había leído el año pasado, pero que reencontré y leí nuevamente como si fuesen completamente nuevos para mí.

En los relatos de dos o tres carillas, Auster nos sumerge en algunas de sus vivencias cotidianas, en las casualidades donde nace cada historia, en los pequeños actos que son motivo de inspiración de sus relatos, de la necesidad de registrar cada coincidencia del destino como si fuese un cuento, de encontrar en cada anécdota el placer de dejarla registrada por escrito.

Son relatos pequeños, deliciosos, algunos geniales, todos ellos contados de una forma muy simple, que contagian las ganas de ponerse a escribir, de repasar situaciones de las que puede nacer un cuento... y hasta la cosa más insignificante está llena de detalles particulares a la hora de ser contada.

"Si eres capaz de contar una historia que resuene con la misma fuerza que tiene para ti, es casi como si saliera de tus sueños" dice Auster en una de las entrevistas que completan el volumen, junto con algunos ensayos que se publican por primera vez.

Cuando mi hijo me lo regaló me dijo que era un libro dificilisimo de conseguir, que estaba prácticamente agotado y que ése era justamente su particularidad en la elección del regalo.
No sólo entonces este libro tiene su propia historia -quizás la fama de dificil de conseguir no sea más que una buena excusa para generar uno de estos relato- sino que además las páginas se recorren con una sonrisa permanente, son relatos frescos llenos de inspiración, sencillez y son todos sumamente "austerianos".

Es sin duda, el discreto encanto que Paul Auster nos regala en cada una de sus entregas.

sábado, 18 de julio de 2009

Contratapas

Cada vez que voy a las librerías a ver qué encuentro para leer, me descubro en un acto -casi- automático pero inevitable. Entro a la librería y comienza el ritual.
Primera, arrogante, está siempre la mesa de novedades como puerto de entrada al resto, paso después a la de autores latinoamericanos, me quedo otro rato en la de escritores argentinos donde busco alguna jóven promesa acodada junto a los más tradicionales del gremio, salteo la de política -por ahora, paso-, mientras salteo también la de autoayuda con el rabillo del ojo trato de ver si me estoy perdiendo algo por hacerme el superado, vuelo rasante sin mucha profundidad en las pilas de best sellers, en fin: empiezo a verlos acomodados en sus mesas y a estudiarlos desde lejos.
Algunos me llaman la atención desde su título, otros por encontrarme con algún autor conocido o entrañable para mí, otros desde el diseño de la portada. Pero luego invariablemente, aparece ese acto reflejo: doy vuelta el libro velozmente, casi con un giro en el aire, y me zambullo en la contratapa.


Y que tiene de interesante la contratapa? Es un resumen caprichoso, aleatorio, "comercial", que quizás hasta el mismísimo autor desconozca. Algunas simples breves líneas que me tratan de vender la historia, de contarme algo que me seduzca (a veces se les va la mano y me cuentan en apretada síntesis casi todo el libro...), tratará por todos los medios de hacer que sea ESE y no otro, mi próximo compañero de mesa de luz.

Quizás una buena novela quede descartada en la selección por "culpa" de su contratapa.
Esa contratapa me propone un contrato, breve, efímero pero intenso a la vez: si en el momento en que recorrí esas líneas logró convencerme, vuelvo a girar el libro velozmente y alguien empezará a contarme una nueva historia.

lunes, 13 de julio de 2009

Todo tiene un final.... o no?

No se si a todo el mundo le pasará lo mismo.
Me pasa con el cine, con los libros, rara vez con el teatro. Si algo no me interesa, no me entusiasma: no me siento comprometido a terminarlo. Si una película no me gusta, no me atrae, algunas veces me he levantado antes de que termine y me voy a hacer algo más interesante. Con los libros suele pasarme lo mismo: si no me atrapa de entrada, me cuesta mucho atravesar ese momento.
Intento un par de veces más, avanzo un poco a regañadientes para ver si la puerta de entrada para mí, está algunas páginas más adelante.
Libros que no he podido leer en algún momento, retomados semanas, meses más tarde: pude espiarlos, volver a entrar en el universo propuesto por el autor y puede terminarlos.
Pero hay veces que por más que lo intento, algunos libros viajan semanas dentro de mi maletín, reposan en mi mesa de luz, se quedan quietitos en el estante que tengo en mi biblioteca para acomodar el libro que estoy leyendo o el (los) que todavia no lei, y no hay caso... no avanzo.
Y ahi los lectores nos dividimos en dos grandes grupos: los que lo siguen intentando y lo terminan cueste lo que cueste y los que como yo caemos (a veces facilmente) en la tentación de que pase a engrosar la lista de "libros que no terminé de leer".

Curiosidades del gusto hacen que libros que para mí sean impenetrables, hayan sido de cabecera para otros. Que cuando algunos vibran con los clásicos, a mi, algunos todavía me sigan pareciendo tan inasequibles. Y que algunos que disfruté mucho leyéndolos a otros les parezcan absolutamente intrascendentes y que no los leerían ni aún cuando no tuviesen qué leer.

Que cosa rara, extraña es la elección de un libro a la hora ponernos a leer. Y que cosa más extraña aún es poder meterse naturalmente en esa puerta que nos abre el escritor y poder dejar que nos acompañe en su recorrido hasta llegar al final.

A veces me animo, otras veces "muero" en el intento.